miércoles, 4 de septiembre de 2019

Chantal Akerman - Je, tu, il, elle (1974)

Comenzamos ahora narrando una película de la difunta directora belga, Chantal Akerman (1950-2015) considerada una de las cineastas más radicales y de propuestas hiperrealistas, aduciendo técnicas poco convencionales, y hasta soporíferas para algunos no acostumbrados a su cine. Chantal viene de una familia judía que vivió estragos de la brutalización Nazi, pequeña sobreviviente de los campos de concentración; eventos que no tienen punto de comparación con los impactos en la pisque humana. Akerman mantuvo un perfil bajo en la moderna historia de la cinematografía, de esto no se puede reprochar mucho ya que, como conocemos ha sido siempre así en las vicisitudes de todo movimiento artístico: siempre hay grandes autores que se quedan fuera del ojo público y de la crítica.


Las películas de Chantal tienden a ser muy intimistas y lentas por lo cual es una llana advertencia a las personas que no gustan de un cine tan personal como éste. Aparte, estas películas tienen un estandarte tal como un símbolo de rebeldía femenina a través de segmentos que describen la austera realidad de los actores. A veces fue llamado, por algunos críticos como Cine Feminista, otros lo describen como un cine tan personal, de claras vivencias de la cineasta, y hasta fue considerado cine hiperrealista para muchos. A todas estas apreciaciones, yo únicamente puedo aludir que es un cine para algunos, no a todos les gusta la cámara estática, el tiempo ralentizado, los tramos cargados de cotidianeidad. Pero es lo que hay, asi son los films de Chantal Akerman.

Este que traemos hoy es su primer largometraje, Je tu il elle (Yo, tu, él, ella ) con una técnica visual muy parecida al documental. La película hace referencia a 3 secciones; Intimidad, Apertura, Mecanismo de racionalización. Esto pueden entenderse de la siguiente manera. El primero, intimidad, nos muestra a la propia Chantal Akerman en un cuarto, con una escenografía muy parecida a la austeridad de Carl Theodore Dreyer (poca luz, un color blanco y negro predominante y planos secuencias que recrudecen el estado intrapsíquico del rodaje) esta  primera parte absorbe los aspectos personales de la cineasta belga, en la cual el personaje es una transición del Yo ideal femenino, una mujer, de matices infantiles, busca su "Yo" está en una transición subjetiva de la realidad, se encuentra en la lejanía, comiendo de una bolsa de cartón de azúcar moreno, escribiendo un sinfín de páginas en concepto de una misiva sin paradero; una desolación en sus cuatro paredes, hambrienta y desasosegada, esperando, esperando y esperando (Como describe una voz en Off que narra los sucesos venideros)


El segundo sentimiento: Apertura. Aquí las cosas cambian, nuestra chantal deja su entronizado mundo en busca de comida, alojo y compañía. Más que una cohorte a la película, La protagonista se convierte en la cámara: casi no dirige la palabra, sonrie bobamente, observa y sobre todo, espera. Esta parte nos devela un sentimiento de convencionalismo masculino, de parte del segundo personaje que aparece en pantalla, un rudo camionero, representado como todo aquello a lo cual el espectador observa; se deja llevar y no emite juicio, como si en esta parte el segundo pronombre del título, Tú, fuera el espectador observando a él, el típico Macho camionero ofuscado de la vida sexual. Aqui hay que hacer una breve pausa, puesto que otro punto que Chantal Akerman introduce a sus películas es ese instinto sexual en busca de satisfacción y bienestar con ese "Yo ideal"

Otra parte a destacar, son las acciones secundarias, que en este caso deberían de ser objeto de admiración. Todo ocurre fuera de cámara, pero a modo de ecolocación, escuchamos el ruido de un televisor, y vemos únicamente a  nuestros dos personajes observando el objeto que podemos escuchar pero no ver. Como si en realidad la cineasta no quisiera que nosotros viéramos lo que ellos contemplan, sino que nos fijáramos como punto álgido en sus facciones, sus movimientos, reacciones involuntarias que no parecen seguir ningún guión, ninguna indicacion. Esto nos vuelve a crear un punto de distracción: las acciones más importantes son las miradas cuando se cruzan entre sí, descubren un amplio campo de sentimientos no expresados: llamemosle libertad actoral.


Y el último: mecanismo de racionalización. Este tiene su punto dramático cuando conocemos a Ella, la amiga que recibe a nuestra morena protagonista con hostil gesto, donde ocurre una escena lésbica de 10 minutos de una gran belleza, como si de una lucha lenta esculpida en mármol con movimientos de ilusiones ópticas se tratara. Aqui el personaje encuentra un medio de seguir sus instintos básicos como medio de razón, como interpelación ante la realidad; es cuando se siente plena, ya que su vacío no tiene nombre, sólo es un pesado nihilismo y filosofía del sin sentido. Puede que Chantal Akerman nos haga reflexionar sobre lo cotidiano y lo naturalista de las acciones humanas.

Hay mucha influencia de Andy Warhol y Godard, pero la belga marca un estilo distinto. Un dato que revela exponencialmente esto que sugiero es su famosa Obra maestra Jeanne dielman 23 quai du commerce 1080 bruxelles (1975), que podría ser considerada una de las primeras películas en crear a rigor al concepto de hiperrealidad, que escapa ante todos los confines de la bombásticas superproducciones. El cine de Chantal Akerman es muy interesante, no puedo llamarme seguidor a ultranza pero he de reconocer que siempre una de sus películas me ofrecen algo que nunca puedo contemplar aunque lo tengo de frente: la sencillez de la vida y su secreto mas atronador, su curso últil.

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