miércoles, 2 de octubre de 2019

Omar alberto Santos balán - Arcángeles de baldío y Crematorio (2019)

Como pasarán las cosas, que por mucho que la era tecnológica subyugue tantas maneras románticas de conocer el entramado mundo de las artes, generalmente pasan desapercibidas y anegadas a la bibliografía de la web como tal, siempre hay eventos que nos hacen contradecir eso, y aparecen de la nada mostrándonos un cariz desconosido. Es decir, todo lo que nosotros, las nuevas generaciones, ocupamos para reseñar como es el internet, se nos hará extraño buscar en otro lugar, ¿no? pues esta historia tiene un comienzo distinto; ¿y el final? pues también así es: distinto. ¿Qué ocurrió? ¿por qué estoy diciendo todo esto?  El libro que ocupa hoy, es tan impopular que en un principio no pensé siquiera reseñarlo ya que sabía que todo información sería el antecedente de tal, pues, si uno busca por la web no se halla casi nada del autor.

El libro que hoy nos pide un espacio en el blog es de un escritor mexicano, nacido el 18 de octubre de 1975. El autor de Arcángeles de baldío y Crematorio es licenciado de literatura y jurado de muchos certámenes literarios. Sobre su impopularidad no hablaré, puesto que mi lema siempre será: el arte fascina o no, fin. El libro es un compilado poético humanista. El libro fue publicado este año 2019, en el mes de mayo; es por lo cual está muy reciente.

Antes de empezar, debo decir que me hallé esta dulcamara tetrificada en el compartimiento del auto de un amigo. Fue gracioso. Nos disponíamos a comprar unas cervezas, mientras mi amigo y yo íbamos en su carro al supermercado. Hacía calor y estábamos algo aburridos. Meti la mano en el compartimiento ubicado en el asiento del pasajero, y para mi sorpresa me hallé un librito muy pequeño, delgado si cabe decir, con el número 43 de color rojo pálido y unas especies de palomas blancas de esas que sueltan cuando inauguran o clausuran algún acto cívico alusivo a la paz, en su portada. Lo abrí, lo oteé, lo olí, y leí unos cuantos poemas, aunque este último acto me llevó a su ejecución tras haber leído una dedicatoria (No la colocaré, ya que no es para mí y es de mal gusto hacerlo) seguidamente, le pregunté a mi amigo si era suyo, a lo cual me respondió negativamente. Lo seguí hojeando pero súbitamente por el 3er poema llegamos al supermercado y lo dejé donde estaba.

La verdad no reparé los días siguiente en el libro sino hasta la vez que con mi amigo fuimos donde otro amigo que tenía su automóvil dañado. Naturalmente, volví a estar aburrido, recordé el libro del número 43 y se lo pedí a mi amigo como regalo. Accedió. Una vez en mi casa, lo leí detenidamente y me enterneció. Era literatura desconocida; muy buena; me la había hallado por casualidad y me habia gustado la temática. He allí mi encuentro romántico con esta alhaja poemaria.

El libro tiene un premio de la secretaría de la cultura de El Salvador, otorgado unos dias después de su aparición.

Las temáticas a tratar son ausentismo, reconciliación, pérdida, descontento, esperanza, fugacidad en las relaciones, eternidad en la desesperanza , y la lista sigue. Me pareció asequible. El lenguaje es claro, "sentidor" y, claro está, no hay un sistema métrico exacto que otorgue una particularidad en rigor de sus estrofas y versos sueltos. Las rimas no existen. Me gusta esa poesía de verso libre que cae de romplón, sin ataduras acrósticas ni jitanjafóricas. El estilo es llano, liberador, suave y calmado.

La ausencia de rima me produce gozo ya que muchos fuerzan este recurso sin conseguir autenticidad. Creo que existe un conflicto en este poemario, una paradoja que late dentro de estas casi 100 páginas, y son sus criterios de la temática: Dualidad entre esperanza-desesperanza. Un ejemplo de esto es cuando se menciona un olvido, ya sea un lugar, persona, época o hecho; existe pues, un recurso muy válido: aceptar con esperanza y lamentarse con desesperanza. Para mí es una de las cosas más importantes a resaltar, es que si bien te sume en un hálito algo apesadumbrador, por otro lado te da ánimos que existen aún posibilidades de no cometer esos errores en el futuro, esa esperanza que te lleva a la experiencia. Y sólo ahí es cuando te saca una sonrisa diciendo: ¿Qué haría sin estos alivios que suscita la poesía?

El libro, como toda poesía, esta lleno de heridas que todavía no sanan, solución solo hay en la aceptación e irrigarse de un sentimiento envalentonado de fe. Es un libro apasionante, lleno de luz opaca, albergando posibilidades, mas, es también un almácigo de decepciones, llantos, temores, ausencias, abandonos.... y amores

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